Esquema corporal:
Se define como el conocimiento y
representación simbológica global del propio cuerpo; ya sea en estado de reposo
o movimiento, en función de la interrelación de sus partes y, sobre todo, de su
relación con el espacio y los objetos que nos rodean.
Las condiciones necesarias para el desarrollo
de un esquema corporal adecuado son:
Un nivel de maduración apropiado del sistema
nervioso que facilite información diversa:
Táctil: mediante la apreciación
de las cualidades de los objetos susceptibles de ser percibidas por el tacto, a
través de los órganos receptores de la piel.
Kinestésica: que aporta la
autopercepción del movimiento muscular, peso y posición de las diferentes
partes del cuerpo, a través de los receptores situados en articulaciones, músculos,
tendones, piel, etc.
Propioceptiva, recogida por
receptores sensoriales encargados de recabar datos e informar acerca del propio
organismo, por oposición a los datos exteroceptivos que se reciben del ambiente
externo.
Visual, proporcionada por
los receptores visuales, que informan del color, tamaño, situación, etc. De los
objetos y de las partes del propio cuerpo.